domingo, 6 de febrero de 2011

DIOS TE DIO HERENCIA? EL DIABLO TE LA QUITA!!


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Posted on February 7, 2011 by lapiedravivahabla

Pocas familias no tienen una triste historia de herencias para contar: hermanos que se declararon la guerra después de la muerte del padre, un hijo que enloquece y hace trampas para ganar más que los demás en el reparto de bienes, familias que implosionan cuando la cuñada mete la cola para defender su tajada. No importa si el botín es una herencia millonaria o milenaria: según abogados expertos en Derecho de Familia y psicólogos especializados en vínculos familiares, las peleas por el reparto de bienes están en primer término en los conflictos familiares. En efecto, cuando hay bienes relevantes en juego, 7 de cada 10 sucesiones que se inician son conflictivas.

En los casos en que hay menos bienes para repartir (menos de 2 propiedades), el 35% acarrea algún conflicto. Otra abogada especialista en Derecho de Familia, psicóloga social y consultora en Planificación personal, patrimonial y sucesoria, coincide y agrega: “Siempre hay pugna y conflicto explícita o implícitamente. Hay hoy más de 35 mil familias de este tipo.

Que reine el amor, la paz prevalezca y que viva eternamente Dios para unir a los dispersos, y hasta perversos, en un lazo inextinguible de mutua comprensiòn y gran humildad para admitir nuestros errores, pues el PADRE NUESTRO sigue siendo la oraciòn sublime que lo engloba todo en estas pequeñas palabras: perdona nuestros pecados y erores como tambièn nosotros perdonamos a los que nos ofenden y no nos dejes caer en tentaciòn, librándonos de todo mal…. Porque se COMPRENDE: SI TUVIMOS TENTACIONES Y PECADOS FUE ÉL "QUIEN" “NOS DEJÓ” CAER. ¡¡GLORIA A DIOS, PUES, EN LAS ALTURAS Y CONFRATERNIDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES DE BUENA VOLUNTAD!!!!yeah>>


La repartición de bienes es uno de los principales motivos de conflictos familiares entre adultos ocupa el primer lugar y la mayoría de ellos terminan en el hospital para enfermos mentales.Una jefa de Terapia Familiar del Departamento de Salud Mental del un Hospital agrega: “Así como por la inseguridad, se acentuaron los conflictos por los libertinajes de los hijos adolescentes, tal vez la inestabilidad económica y la dificultad de comprarse una casa propia o un buen auto.

¡¡Mañosín, el ratoncito pequeño con malicia todavía!! Con regalitos poco costososos, con fruslerías, compraba voluntades. Pero, en la repartición grande de la herencia, con la cuchara grande se despachaba y dejaba a sus hermanos viendo,"milando", como chinitos, sus juuuugosas ganancias, disponiendo arbitrariamente de los bienes que conforman la masa hereditaria...

Por eso, es natural que las familias estén más pendientes de lo material. Sobretodo, si proviene de algo que no se esperaba, como una herencia: "¡es como sacarse la lotería!”. No hace mucho, el heredero de un famoso coleccionista de libros se compró tres casas con el producto de la venta de la biblioteca que heredó. De repente, el gobierno federal, por notable determinación del Presidente Calderón, anuncia que comprará dos docenas bibliotecas y los herederos de los intelectuales famosos se lanzan furiosos a la rebatiña de la compra de sus acervos bibliográficos. En el caso narrado, los hermanos septuagenarios están a punto de despedazarse materialmente uno para evitar que sea el abusivo el más afortunado, vendiendo toda la masa hereditaria como si fuera la parte que se agencia como suya el total de una enorme y muy valiosa colección de todos los impresos importantes del país, archivos que ha sustraído el "apoderado de lo ajeno" en un procedimiento muy chicanero y brutal.


Hay familias que, a partir de la muerte de un familiar al que heredan, quedan distanciadas para siempre. Porque no se están peleando sólo por dinero, es el momento donde se libran las batallas de poder según el lugar que cada uno ocupó en la familia históricamente. Las peleas por una herencia, rara vez se superan. Fíjense: no se pelean por el presente, sino por el pasado. Resulta que el primogénito estuvo más cercano al padre por sus intereses intelectuales y prepración universitaria.

Se nota que el menor estuvo rezagado no sólo en afectos sino en talentos: no tocaba el piano tan bien como el hermano mayor; no era tan reconocido como aquél y, peor aún, era chaparro y su hermano alto, etc., etc.


Todas esas grievances se llevan en el fondo, en lo hondo del ronco pecho de quien está dispuesto a la venganaza, al asesinato del carácter, de la personalidad, del renombre del envidiado hermano.


Otro psiquiatra, amigo de la familia dice “Aparece un quebranto a partir de problemas que estaban larvados, viejos agravios, competencia entre hermanos, sensación de haber sido más o menos queridos por los padres. El conflicto es con el fallecido pero se traslada, por ejemplo, al hermano”. “Ese ‘yo necesito más porque tuve menos’ se expresa en formas materiales, como un modo de ponerle precio a la atención que no se tuvo.



Las relaciones más cercanas son más primitivas, irracionales, de alto voltaje emocional, por eso son blanco o negro: hay una polarización exagerada y desquiciante. Además, no siempre se pelean por un botín millonario, a veces, esa irracionalidad se materializa en algo que no tiene valor, como la disputa irracional por unos viejos libros. Se pelea como una forma de obtener una indemnización por lo que no se tuvo”. La infelicidad prevalece y hay traición y homicidio. Lo malo es que se repite la historia de Caín que se lanza sobre el inocente Abel que no tuvo más culpa que ser el predilecto de su padre, ¿no?


Una parte siente que tiene más derecho que la otra porque se ocupó más de quien murió o porque el otro está en una mejor posición económica: “Yo lo cuidé mientras estaba enfermo y tú no pagaste los gastos ” y Tú tienes una gran fortuna, casas y yo no tengo ninguna propiedad, ¿cómo nos va a tocar lo mismo?”, son dos posiciones antagónicas, clásicas. Lo objetivo es lo que dice la ley, pero sobre esa norma clara y precisa, esa orden imperativa de que se dividirá en partes iguales, aparecen las particulares nociones de justicia de cada uno: esa idea de que ‘porque tengo menos me corresponde más’”, o porque “tus hijos son unas bestias peludas y sin educación y van a dilapidar la fortuna en un dos por tres o van a vender los libros por un adarme o los van a cambiar por drogas y/o yo tengo un sapientísimo hijo de la chingada que se fusila cuantos artículos se encuentra en internet y por eso va a utilizar muy bien el patrimonjo libresco que dejó su abuelo ya que sacará citas de libros y no de la red pública.., y así ad infinitum…

Y el abogado especializado en sucesiones añade: “También estalla la familia cuando aparecen los parientes políticos, esas variables de una conflagración sociocultural que no estaban dentro del sistema familiar original. Nueras, hijas, improvisados eruditos de historia patria, empiezan a sumar opiniones y perspectivas cuando creen que esa persona no tiene verdadera ambición de pelear por lo que corresponde. Empieza la danza de los derechos; lo que no empieza es la danza de la de las obligaciones”.


Así, después de que los reclamos que redundan en obtener beneficios y riquezas de la masa hereditaria que se pudo conseguir en buena ley,surgen aristas dramáticas, las miserias más tristes, y las práctica más vergonzosas para agenciarse bienes, casas y objetos de valor del pobre difunto, conseguidas con malas artes, mañas y falsedades que harían salir indignados de sus tumbas a los progenitores, los vínculos fraternales se desmoronan o sobreviven pendiendo de un hilo; y otras relaciones familiares quedan pletóricas de resabios y de rencores, que parecían cosa del pasado, se pudren y se envilecen, quedando la familia más desfallecida que los quedejaron un legado, una generosa herencia y que han vuelto a sumirse en el polvo del olvido y de la ignominia de los vivales, cínicos y sinvergüenzas, en fin, de un mal hijo.

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