miércoles, 2 de febrero de 2011
bibloiotecas para intelectuales y para el pueblo
CALDERÓN ESTÁ ADQUIRIENDO BIBLIOTECAS SEÑERAS
El promotor cultural y famoso historiador Enrique Krauze fue el orador principal en el acto de la inauguración de la Biblioteca José Luis Martínez.
Dijo que la memoria es frágil. Necesita amparo ante las constantes amenazas del tiempo. Los libros y los documentos del pasado están expuestos al rigor del polvo, al peligro de la dispersión, al persistente riesgo del olvido.
Y yo agregaría que los libros están expuestos al agua, al fuego, a todos los elementos pero, principalmente, a la humedad y a ser pasto de roedores e insectos tales como la polilla, los ratones, cucarachas y, en fin, bacterias y microbios de toda índole.
Por eso Krauze dijo que le emociona recordar agradecido a quienes han dedicado sus esfuerzos a proteger los libros y los archivos que conforman la memoria de un pueblo.
Imposible olvidar a Carlos de Sigüenza y Góngora, quien puso en peligro su vida cuando entró al Palacio Virreinal cortando vigas y allanando puertas para salvar de las llamas las Actas del Cabildo durante el incendio que asoló a la Ciudad de México en 1692.
Igualmente conmovedora es la imagen de Benito Juárez durante la Intervención Francesa, marchando desde la capital hacia el Norte a paso lento, porque traía a cuestas 11 carretas que contenían los documentos del Archivo de la Nación.
José Luis Martínez pertenece a esa estirpe de hombres que han dedicado sus empeños a conservar la letra impresa, construyendo con pasión y paciencia su imponente biblioteca.
Él, con su modestia habitual, afirmaba ser parte de esa especie rara que son los que conservan los papeles. Yo añado—dijo Krauze– los que preservan la memoria.
El Fondo José Luis Martínez se adquirió por indicación directa al Presidente Felipe Calderón.
Señor, muchas gracias por su compromiso y muchas gracias por hacer realidad este sueño, finalizó el historiador del Siglo XX, Krauze.
“Mi padre tenía el gran temor de que a su muerte se dispersara su biblioteca y que fuera una, que como tantas otras bibliotecas, salieran del país o los hijos no la supiéramos cuidar bien; ahora realmente se ve cumplido el sueño de mi padre, de sus hijos y de todo buen mexicano”, declaro Rodrigo Martínez, hijo del bibliófilo jalisciense.
Los 73 mil 500 materiales —48 mil libros y tesis, 22 mil fascículos de revistas y 3 mil 500 ejemplares del fondo documental— se constituyen en la colección más completa, “única e irrepetible, de literatura mexicana de los siglos XIX y XX”, enfatizó, al definirla como una biblioteca de asuntos mexicanos.
El costo de la biblioteca que compone el Fondo José Luis Martínez fue de más de 21 millones 800 mil pesos.
La biblioteca fue adquirida en la gestión de Sergio Vela, a unos meses del fallecimiento de José Luis Martínez, instalada en dos crujías del recinto en La Ciudadela, cuyo trabajo arquitectónico estuvo a cargo de Alejandro Sánchez: una estructura que no toca el edificio original, ligera en acero, que prácticamente está montada, porque no toca los cimientos.
Entre las novedades que acompañan el Fondo José Luis Martínez está la instalación de un sistema de radiofrecuencia para la localización de los libros, en lugar de las etiquetas que se colocaban en el lomo de las obras.
Asimismo, el espacio cuenta con un sistema bioclimático que permite el control de la temperatura. “Lo que queremos es resguardar la biblioteca para ls futuras generaciones, por lo que prácticamente está digitalizado 90 por ciento. Diseñamos una biblioteca para el siglo XXI”, a decir de Consuelo Sáizar.
Como una forma de cubrir lo que la misma presidenta del Conaculta definió como una de las grandes lagunas de la política cultural, como es la preservación de las bibliotecas personales, se anunció que ya se trabaja en la instalación del Fondo Antonio Castro Leal en la Biblioteca México y ya están muy avanzadas las pláticas para adquirir la de Jaime García Terrés.
“Estoy convencida que si bien el libro electrónico no va acabar con el libro de papel, sí va a amenazar de manera muy seria las bibliotecas personales. Es por ello que hemos emprendido este propósito sin precedentes de empezar a albergar las grandes bibliotecas del siglo XX mexicano para las futuras generaciones”, a decir de Consuelo Sáizar. Agregó que la institución acoge el acervo de Martínez que es el más grande de literatura mexicana del siglo XX, y que incluye la obra completa de grandes como Juan Rulfo, Carlos Fuentes y Octavio Paz.
Informó en conferencia de prensa Consuelo Sáizar, directora del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que la biblioteca será la primera de cinco que se crearán este año con el objetivo de resguardar el patrimonio literario e histórico de México.
“Inmersos en un mundo digital ya no hay una segunda llamada, si no guardamos las colecciones de papel hoy, mañana las perderemos”, aseguró Sáizar.
Ayer mismo se instaló el Consejo Asesor de Adquisición de Bibliotecas, presidido por la propia titular del Conaculta e integrado por José Emilio Pacheco, Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze, Juan Villoro, José Moreno de Alba, Joaquín Díez Canedo y Jorge Volpi, por mencionar a algunos.
Cuando se le preguntó al heredero Martínez qué era, a su modo de ver, lo más importante de la creación de la biblioteca con el nombre de su padre y con sus fondos bibliográficos, respondió que era ahora más fácil al público llegar a consultar los libros que fueron de su progenitor. Y agregó:
Considero que la biblioteca de mi padre será el inicio de un proyecto amplio de incorporar otras bibliotecas importantes, aunque esto no haya sido aún mencionado por doña Consuelo ni conozco yo los detalles, pero de cualquier manera estos planes me parecen en verdad excelentes.”
Finalmente, expresó:
“Esta biblioteca significa mucho para nuestra familia y es una bella contribución a la cultura de México. ¡Qué bueno que se quedó en nuestro país y no fue a parar a alguna universidad norteamericana como ha sucedido con tantas otras colecciones!”
Con los dos millones de dólares que el gobierno pago por la colección de libros, la familia Martínez, compró 3 casas.
Por cierto, se adquirió por indicación directa del Presidente Calderón durante la gestión del maestro Sergio Vela al frente del CONACULTA y por muy generosa colaboración de José Luis, Andrea y Rodrigo Martínez.
Es ahora el principio de un proyecto de grandes dimensiones que consiste en adquirir y conservar el mayor número posible de bibliotecas de figuras relevantes de la cultura mexicana.
En un hecho sin precedentes, en este país, nos proponemos albergar en este entrañable recinto el mayor número posible de bibliotecas personales para el bien la sociedad mexicana.
Bajo la premisa de que el libro electrónico no va a sustituir al libro de papel, pero conscientes que va a amenazar muy seriamente la conformación de las bibliotecas personales, el Proyecto Cultural del Siglo XXI mexicano que estamos diseñando se propone preservar los legados colectivos aprovechando la tecnología para su difusión.
Anoche, en la biblioteca de bibliotecas, como dijo Enrique Krause, el primer mandatario anunció que su Gobierno se propone adquirir por lo menos, un par de decenas más de bibliotecas de destacados personajes mexicanos, para evitar ese enorme acervo de cultura se disperse, se pierda o se quede encerrado en las paredes de una casa porque, es importante que esos libros estén al alcance de los mexicanos
Adquirida por el Estado mexicano a la familia Martínez en dos millones de dólares, esta colección estará abierta al público a partir de hoy tras haber sido catalogada, digitalizada y montada “como estaba en su casa” tras una inversión de 20 millones de pesos en su adecuación.
En el acto, el Presidente Calderón dijo que “la cultura es el alma de toda nación y principalmente de la nuestra; la cultura fortalece al país y nos permite enfrentar nuestra realidad y superar nuestros desafíos”, dijo anoche el presidente Felipe Calderón al inaugurar la Biblioteca José Luis Martínez.
Por ello, el Presidente adelantó que se esperan adquirir “un par de decenas más” de acervos personales de representantes de la cultura mexicana y alojar algunos en la Biblioteca de México, para convertirla en una “biblioteca de bibliotecas”.
Así, sin las clásicas tiras de papel en los lomos, sino unas etiquetas de radio frecuencia que permiten inventariarlos, localizarlos y hasta saber cuando están fuera de su lugar, los libros del acervo del historiador, editor, ensayista y diplomático José Luis Martínez (1918-2007) tomaron posesión ayer de los mil 150 metros lineales de libreros que tapizan dos crujías del recinto ubicado en La Ciudadela.
Un prisma de cristal con una fotografía del llamado “curador de las letras mexicanas” recibe al usuario que puede explorar las 73 mil 500 piezas, entre libros, tesis, revistas, fotografías, catálogos, cartas y mapas, reunidos en una vida y “con un gusto exquisito y cuidadoso”.
Estructuras de acero forradas de madera en forma de bastidores, tapancos, vitrinas que exhiben diplomas y reconocimientos, nichos que albergan los libros únicos, pequeños cuartos con computadoras, salas con sillones y mesas con tabletas para una lectura digital integran el espacio diseñado por el arquitecto Alejandro Sánchez.
”La lectura invita al vuelo”, dijo la artista plástica Betsabeé Romero, cuya instalación de 19 aviones color naranja con flores doradas, que parecen volar de manera elíptica cargando libros, con nombres y frases de diversos escritores cada uno, sorprende en uno de los recovecos más altos del recinto.
Adquirida por el Estado mexicano a la familia Martínez en dos millones de dólares, esta colección estará abierta al público a partir de hoy tras haber sido catalogada, digitalizada y montada “como estaba en su casa” tras una inversión de 20 millones de pesos en su adecuación.
“Este es un proyecto sin precedente en un país donde no existe la tradición de preservar nuestras bibliotecas personales. Queremos cubrir una de las grandes lagunas en la política de Estado. Es el comienzo de un proyecto de largo aliento que busca rescatar varios acervos”, comentó Consuelo Sáizar durante un recorrido previo por el espacio.
La titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) adelantó al finalizar el recorrido por las nuevas instalaciones que ya han comprado la biblioteca del abogado Antonio Castro Leal y están en pláticas con la familia del poeta y editor Jaime García Terrés, con la idea de dejar instalados cinco o seis acervos en otras crujías de la Biblioteca de México antes que termine el gobierno de Felipe Calderón, mismos que serán proyectados por un arquitecto diferente cada uno.
“No hay una segunda llamada. O las guardamos ahora o será muy difícil conseguirlas. Estoy convencida de que si bien el libro electrónico no acabará con el libro de papel, sí amenazará de manera muy seria a las bibliotecas personales. Una biblioteca es un proyecto de formación, tenerla a la disposiición de todos fortalece el proyecto cultural para el siglo 21″, agregó el señor Presidente.
Esa tarde de la inauguración quedó conformado el consejo asesor de adquisiones que evaluará qué biblotecas personales se comprarán. Lo integran, además de Sáizar, quien lo preside, José Moreno de Alba, Eduardo Matos Moctezuma, José Emilio Pacheco, Enrique Krauze, Jorge Volpi, Joaquín Díez-Canedo, Héctor Aguilar Camín, Ernesto de la Peña, Louise Noelle y Juan Villoro, entre otras personalidades.
Durante la inauguración también se pudo ver en el lugar a Ramón Xirau, Teodoro González de León, Marie José Paz, Javier Garciadiego, Rafael Tovar y de Teresa, Alonso Lujambio y Sergio Vela.
El fondo José Luis Martínez, que contará con ocho réplicas de la pequeña escalera de madera que su dueño utilizaba para alcanzar los ejemplares más alejados, estará abierto a todo el público de lunes a domingo, de 8:30 a 19:30 horas.
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