domingo, 13 de febrero de 2011

De esta carta, subrayo, antes que nada esta frase:

Carta a mis hijos- Ernesto ¨Che¨ Guevara



Esta es la carta de despedida a sus hijos cunado partio a Bolivia:

A mis hijos

Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:

Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre Uds.
Casi no se acordarán de mi y los más chiquitos no recordarán nada.
Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.
Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.

Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de

Papá
VIVIÓ CASI UN SIGLO. Y dejó más de medio millar de canciones, algunas inmortales.

Formó parte de la generación vasconcelista donde Mauricio Magdaleno hacía guiones, Bustillos Oro, dirigía películas de raíz nacionalista y el fotógrafo inmortal Figueroa, captaba las escenas en nítidas secuencias.Bustillos había descubierto a Jorge Negrete y para él compuso la célebre "¡Ay Jalisco no te rajes!"

Vivía como otros inmortales en Cuernavaca, totalmente retirado. Así, sólo una vez tuve el privilegio de platicar con él.

El músico y compositor mexicano Manuel Esperón, quien creó más de 500 temas para el Séptimo Arte, tales como 'Amorcito corazón', ' y 'Chaparrita de cuerpo de uva', falleció a los 99 años a causa de un paro respiratorio.

No dejó de fumar y la enfizema que le coartaba la libre vida no le impidió sobrevivir hasta casi cumplir los cien años. Ya no quería componer pero le hubiese encantado describir los últimos años de su pródiga vida.

El compositor tendrá un homenaje por su aportación musical a la industria fílmica y a la cultura popular nacional durante la edición número 26 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG26) , a realizarse del 25 de marzo al 1 de abril.

Además, en su honor, el año pasado se develó una placa en la Plaza Garibaldi de la Ciudad de México. Esperón es considerado el más prolífico de la Epoca de Oro del cine mexicano.

Manuel Esperón González nació en la Ciudad de México, el 3 de agosto de 1911. Heredó de su madre, Raquel González Cantú, la fascinación por la música, pues era pianista y pertenecía a una familia aristocrática y sus bisabuelos eran franceses, yucatecos y regiomontanos. Uno de sus nietos es compañero mío en la UAM. Creció con el piano en la sala y sus primeras lecciones las recibió de su encantadora mamá.

Desde muy temprana edad mostró disposición y talento para la música, a los 14 años inició en una academia de piano particular, de manera formal, sus estudios de solfeo, piano y música. El piano con piezas clásicas lo aprendió con un maestro que fue muy querido para él, Alfredo Carrasco, autor de la famosa canción 'Adiós'.


Posteriormente, Esperón se inscribió en la Academia San Carlos de Bellas Artes y después estudió en la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Su incursión en la música se dio como pianista en las salas de cine mudo, después se desarrolló como arreglista y orquestador de la música que componían otros autores para las primeras producciones de cine sonoro.

Profesionalmente empezó a componer en 1933, para la película 'La mujer del Puerto'. A partir de ese trabajo desarrolló su carrera como compositor en la cinematografía: creó la música de fondo de más de 500 filmes y alrededor de 947 canciones.

Manuel Esperón introdujo el mariachi al cine y lo instruyó para que estudiaran música; de esa forma, él pudo acoplar la orquesta con el mariachi para los arreglos instrumentales de las películas.

Fue compositor de cabecera de Bustillos Oro y así loe puso canciones inmortales a los grandes ídolos del cine de la Epoca de Oro, entre los que destacaban Jorge Negrete y Pedro Infante.


A él le tocó descubrir en Pedro Infante su gran valor de interpretación para la canción popular, y aunque Pedro quería cantar a la manera de Jorge Negrete, logró convencerlo de tomar el estilo que lo hizo triunfar.

Un caso similar ocurrió con Jorge Negrete, quien quería interpretar ópera, y nunca se imaginó cantando otro tipo de canciones. Al principio le costó mucho trabajo a Juanito Bustillo de Oro convencerlo de cambiar hacia otro género musical.

En la voz de Negrete se pudieron escuchar temas de Esperón como 'íAy Jalisco no te rajes!', 'Cocula', 'Esos altos de Jalisco', 'Serenata tapatía', entre muchos otros.

Manuel Esperón logró en poco tiempo gran reconocimiento y así llegó a ser director musical de cerca de 500 películas. Fue paralelamente director artístico de varias estaciones de radio.

Su música sigue siendo interpretada por los cantantes vernáculos y grupos de mariachis, así como por tríos e incluso cuenta con arreglos para orquestas sinfónicas. Recibió innumerables reconocimientos a su trayectoria en México así como en las ciudades de San Antonio, Texas y Los Angeles, California.

En 1989 fue ganador del Premio Nacional de Artes y Tradiciones Populares y un año después recibió del presidente de la República Mexicana, el Premio Nacional de Ciencias y Artes, el más alto galardón que se entrega a los personajes cuya labor haya influenciado de manera decisiva al país.

Además, le fue otorgada la Diosa de Plata de Pecime (Periodistas Cinematográficos de México) y el honorable Ayuntamiento de la ciudad de Guadalajara le entrega un Diploma y una Medalla de Oro, por 57 años de creación artística en beneficio del Estado de Jalisco y de la ciudad de Guadalajara.

Ingreso al Salón de la Fama. Cuando fui Director del Instituto Nacional de Bellas Artes quise rendirle un homenaje, a instancias de Juanito Bustillos y de Mauricio Magdaleno, pero se rehusó en ese entonces por razones de salud.

En 2001 se le hizo un homenaje en el Palacio de Bellas Artes en el Centro Histórico de la Ciudad de México. También recibió el Trustees Award (Premio del Consejo Directivo) , de la Academia Latina de la Grabación (Latin Grammy) en 2004.


LA RAZÓN ESTÁ DE PARTE DEL QUE DICE NO A NINI


Exige a la UAM respeto a su derecho a estudiar

Me veo en necesidad de recurrir a La Jornada para hacer un llamado al rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Enrique Fernández Fassnatch, y al rector del plantel Xochimilco, Salvador Vega y León, para que se respete la decisión del Consejo Divisional de Ciencias Sociales y Humanidades plantel Xochimilco, que en sesión ordinaria del 4 de noviembre de 2010 me avaló como alumno de esta universidad luego de baja temporal.



Me costó casi cuatro años retomar mis estudios universitarios y hoy se intenta desconocerme como estudiante, por lo que pasaría a engrosar la lista de los 7 millones de ninis que existen en México.

La UAM es pública, precisamente para los que no tenemos dinero, por eso pido mi reinstalación inmediata, pues al negarme mi derecho a estudiar, que es lo que más deseo, me están cancelando mi futuro, mis proyectos, mis deseos de servir a mi pueblo y a mi país.


Realicé todos los trámites que me pidió Servicios Escolares, incluso realizar una nueva evaluación para recuperar mi lugar en la UAM Xochimilco y la aprobé satisfactoriamente, y ahora los abogados de rectoría me dicen que hubo un equívoco del Consejo y que presente de nuevo el examen de selección. Por eso exijo se respete la decisión del Consejo y con ello mi derecho a estudiar.



Juan M. Ramos Aguilar, matrícula: 206339938 de la carrera de sociologí

HAY QUE HABLARLE CLARO A HILLARY


Carta de AMLO a Hillary Clinton

S

eñora Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos de Norteamérica:

En las anteriores visitas a nuestro país –el 25 de marzo de 2009 y el 23 de marzo de 2010– le he dado a conocer el punto de vista de muchos mexicanos que no compartimos la forma en que se está enfrentando el grave problema de inseguridad y de violencia que padecemos los mexicanos.

Ahora, de nueva cuenta, le envío esta carta para manifestarle nuestra preocupación no sólo porque la situación ha empeorado, sino porque ustedes han seguido convalidando y reforzando la estrategia fallida aplicada por el gobierno ilegítimo de Felipe Calderón, orientada únicamente a querer resolver el problema con medidas coercitivas. Es decir, enfrentando la violencia con violencia.



Se quiere olvidar que el estallido de odio y de resentimiento que prevalece en nuestro país se produjo por la política de pillaje impuesta por una minoría rapaz que ha cancelado el futuro de millones de mexicanos y, en especial, que se ha ensañado con los jóvenes.

Los hechos demuestran que el gobierno de México pretende mantener invariable la misma política de elite, sin procurar el crecimiento económico, el bienestar, el fortalecimiento de valores y sin erradicar la corrupción y la impunidad imperantes.

Pero también ustedes insisten en reducir la relación bilateral sólo a los aspectos de seguridad nacional, pensando que con entrenar a nuestros marinos y militares, interviniendo cada vez más en labores de inteligencia, con redadas de migrantes y construyendo muros en la frontera, se van a poder resolver problemas que tienen un origen eminentemente social y económico.


">Señora Clinton, con todo respeto, todavía hay tiempo para rectificar. La relación entre nuestras naciones debe darse, fundamentalmente, a partir de la cooperación para el desarrollo. Usted sabe bien que si no hay crecimiento económico y no se generan empleos, no puede haber bienestar ni tampoco tranquilidad social. La paz es fruto de la justicia.

Por ejemplo, un gran viraje en la política que hasta ahora han sostenido con el gobierno de México, sería que ustedes cumplieran el compromiso de campaña del presidente Barack Obama de aprobar una reforma migratoria o, cuando menos, declarar una amnistía temporal para frenar las deportaciones de miles de mexicanos que se han visto obligados a emigrar a Estados Unidos en busca de trabajo y de mejores condiciones de vida.

Le recuerdo que el año pasado fueron deportados 392 mil compatriotas, cifra que, paradójicamente, es mayor a las registradas durante el gobierno del presidente George W. Bush.

Señora Clinton, como lo expresamos en un escrito dirigido al presidente Obama, queremos que el respeto a la soberanía, la cooperación económica y la solidaridad entre pueblos, sean los principios que rijan la relación entre nuestras naciones.

Este es el mejor camino. Ya quedó demostrado en la época en que gobernó Estados Unidos ese gran estadista, el presidente Franklin Delano Roosevelt, quien supo devolverle la esperanza a su pueblo y, al mismo tiempo, aplicó una política de buena vecindad con los países de América Latina y el Caribe, en particular con México.


Señora Clinton, optar por un mayor intervencionismo, aprovechando la notoria debilidad de Calderón, no conduciría a nada bueno. A menos que ustedes estén pensando en apuntalar a un régimen autoritario que viole los derechos humanos y niegue la posibilidad de construir una auténtica democracia. Si así fuere, con mucha sinceridad y respeto, le decimos que no estamos dispuestos, bajo ninguna circunstancia, a aceptar que México deje de ser un país independiente, libre y soberano y se convierta de nuevo en una colonia o en un protectorado del extranjero.

Como siempre, le deseamos una buena estancia en nuestro país.

Andrés Manuel López Obrador


sábado, 12 de febrero de 2011

BIBLIOTECAS PÚBLICAS MEXICANAS


El siguiente artículo fue hospedado en mi revista electrónica JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA, en Personales.com.Ahora que toma un giro extraordinariamente diferente los acervos públicos de la nación por decisión sabia y certera del Presidente Calderón, sería interesante comparar los datos que proporciona doña Rosa María Fernández de Zamora en este artículo cuya propiedad es de la International Federation of Library Associations and Institutions en su Conferencia de 1994, con los actuales, registrados por CONACULTA.



60th IFLA General Conference - Conference Proceedings - August 21-27, 1994
La historia de las bibliotecas en México, un tema olvidado
Rosa María Fernández de Zamora



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La historia de las bibliotecas en un país como México que tiene un rico pasado bibliotecario es muy necesaria.
Se expone especialmente el desarrollo de la investigación histórica realizada en los últimos diez años resaltando su gran aportación a la historia de la cultura mexicana y señalando que falta mucho por hacer a pesar de ese gran avance que es único en América Latina.

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Si la aparición de las bibliotecas en México tal como hoy se conciben ocurre cuando llegan los españoles, las civilizaciones mesoamericanas desarrollaron las inscripciones o pinturas que se encuentran en los códices para transmitir su cultura. La necesidad de conservar esos manuscritos obligó a destinarles lugares para conservarlos conocidos como amoxcalli o bi bibliotecas prehispánicas, siendo las más afamadas las que se encontraban en Texcoco y Tlaltelolco. Para la elaboración de los códices existieron los tlacuilos o escribanos cuyo oficio estaba muy extendido en el México prehispánico. Desgraciadamente esas bibliotecas fueron destruidas durante la conquista.
La presencia de los libros y las bibliotecas en México pronto cumplirá 500 años. El primer libro que se sabe que llegó a México fue el breviario que Jerónimo de Aguilar, el intérprete de Cortés, traía cuando naufragó en 1511. "Serán quinientos años de una historia deslumbrante en los que se tejen sueños y frustraciones, proyectos y realidades, pero siempre años de lucha por crear una sociedad próspera y democrática" dice Ignacio Osorio.

México es un país que posee una de las tradiciones culturales más ricas y antiguas de América. Tal vez fue el primer país en que se fundó oficialmente una biblioteca, la de la catedral en 1534, fue el primero que contó con una imprenta (Juan Cromberger Juan Pablos, 1539) y por tanto en donde se imprimió el primer libro del continente ameri cano; el primero de la América continental en que funcionó una universidad (Real y Pontificia Universidad 1551 1553), el primero en que se compiló y se publicó una bibliografía nacional (Bibliotheca Mexicana, Eguiara y Eguren, 1755) y dueño de las bibliotecas más ricas y más grandes de la América española en la época colonial. Hay que asentar, sin embargo que durante la colonia, las bibliotecas fueron privilegio de los españoles y de los criollos, pero además de apoyar el dominio de ese grupo sobre indios y mestizos, sirvieron también para transmitir al nuevo mundo la cultura europea lo que dio como resultado el establecimiento de notables bibliotecas como la Palafoxiana, la Turriana y otras muchas.
Después de la independencia iniciada en 1810 y consumada en 1821, el país se vio envuelto en luchas interminables por el poder de conservadores y liberales que culminaron con el reestablecimiento de la República en 1867 y la dictadura de Porfirio Díaz de 1876 a 1910. Los liberales concibieron la biblioteca como instrumento de cultura y de progreso y proyectaron la fundación de la Biblioteca Nacional y de bibliotecas públicas en los estados como dice un investigador "para satisfacer una necesidad emotiva y romántica de contar con bibliotecas como símbolo de modernidad y de adelanto, independientemente de su utilidad pragmática". (1)
En el siglo XIX predominaron las bibliotecas de eruditos, "solemnes y venerables" que mas parecían museos que bibliotecas y restringidas muchas de ellas a un público elitista. En el México de entonces el 80% de la población mayor de 10 años era analfabeta.
Al triunfar la Revolución de 1910, se hace un esfuerzo por convertir al libro en un objeto al alcance de todos los ciudadanos, logrando su plenitud en la década de los años 20 cuando se crea la Secretaría de Educación Pública, con José Vasconcelos a la cabeza se abren más de 2500 bibliotecas públicas en todo el país y se publican miles de ejemplares de autores clásicos y libros técnicos que son repartidos en los lugares más lejanos. Sin embargo, como este proyecto careció de una estructura que le permitiera una permanencia, comenzó a declinar en los años cuarenta.


En los años cincuenta se inicia el ciclo de apoyo a las bibliotecas universitarias que a lo largo de los más de cuarenta años transcurridos manifiesta su desarrollo especialmente en las bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México. A la par que las bibliotecas universitarias, a partir de esos años surgen también importantes biblioteca s especializadas particularmente de organismos oficiales del campo científico técnico, incrementadas más tarde al establecerse el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en 1970.
Las bibliotecas públicas resurgen a partir de 1983 al establecerse el Plan Nacional de Bibliotecas Públicas que ha permitido abrir más de cuatro mil bibliotecas en todo el país. De todas estas importantes manifestaciones bibliotecarias, únicamente las bibliotecas públicas cuentan con un proyecto de investigación histórica. Ni las universitarias, ni las especializadas se han preocupado por estudiar su pasado.
En 1971, Nettie Lee Benson dijo que prácticamente en América Latina no existían obras de historia bibliotecaria y que las pocas que se conocen son listas de nombres de directores, número de volúmenes, tipo de materiales de una biblioteca en particular constituyendo más bien fuentes de datos históricos que verdaderas historias que traten sobre el papel de las bibliotecas en la comunidad que deben servir, su impacto, su trascendencia. Tampoco existen memorias y biografías de bibliotecarios.(2)
En lo que se refiere a México, efectivamente la historiografía bibliotecaria es muy escasa ya que sólo comprende alrededor de 50 títulos. La desaparición de los bibliotecarios eruditos del siglo XIX y principios del XX que se interesaron por los estudios históricos de las bibliotecas, especialmente de la Biblioteca Nacional, como fueron Cruzado, Payno, Iguíniz, Teixidor, y Carrasco Puente, provocó un gran vacío de conocimientos históricos. La profesionalización de los bibliotecarios al establecerse las escuelas de bibliotecología en 1945 y en 1956, trajo como consecuencia que su preocupación prioritaria fuera la organización moderna de las bibliotecas y el estudio que todo ello implicaba, por lo que la investigación de tipo histórico se fue olvidando.
Es hasta la década de los ochenta cuando surgen dos instituciones con proyectos de investigación bibliotecológica. Una es el Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas (CUIB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fundado en 1981 y la otra, la Dirección General de Bibliotecas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) a partir de 1989 dependiente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) que dentro de sus múltiples proyectos de apoyo al Programa Nacional de Bibliotecas Públicas 1983 1988 instituyó en la Dirección de Investigación y Desarrollo de Recursos Humanos el proyecto de Historia de las Bibliotecas Públicas en México.

Por su parte, el CUIB además de las múltiples investigaciones que han dado como resultado numerosos manuales, libros y cursos para apoyar el quehacer bibliotecario en México y la única revista de la especialidad publicada en el país Investigación Bibliotecológica, le ha dedicado también un espacio a la investigación histórica. La obras históricas más importantes que hasta ahora ha publicado son:
• Un mundo poco visible. Imprenta y bibliotecas en el siglo XIX . Ramiro Lafuente, 1992.
En esta obra el autor intenta ofrecer una "historia del sistema de relaciones constituido por los agentes sociales directamente vinculados con la circulación pública de impresos. Sistema que incluye a escritores, artistas, editores, críticos, educadores, bibliotecarios y público..."(3)

• Educación bibliotecológica en México 1915 1954. Estela Morales. 1989.
Comprende una historia de la educación profesional en México hasta 1954. La autora además de realizar una investigación bibliográfica utiliza testimonios orales de los principales protagonistas.

• Mesa redonda: Las bibliotecas presentes en la vida de México; de Carranza a nuestros días. Comp. Estela Morales. 1986.
Los participantes presentan un panorama de los principales acontecimientos bibliotecarios del siglo XIX y del XX.

• Las bibliotecas en los informes presidenciales: 1879 1988. Adolfo Rodríguez, 1990. Recoge lo que los presidentes de México han expresado en los informes que por ley deben presentar ante el Congreso.

Por su parte la Dirección General de Bibliotecas de la CEP, ahora del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), durante 10 años initerrumpidos ha apoyado la elaboración de la historia de las bibliotecas públicas en México. El proyecto fue iniciado a finales de 1983 por Rosa María Fernández de Zamora, Directora de Investigación y Desarrollo de Recursos Humanos (1983 1986), con el apoyo de Ana María Magaloni, Directora general de Bibliotecas. Para empezar el proyecto hubo necesidad primero de redactar unos lineamientos que guiaran a los investigadores en su búsqueda histórica y segundo buscar a los investigadores idóneos para el mejor desarrollo de los trabajos proyectados.
El planteamiento inicial comprendió dos series, una general, la Historia de las Bibliotecas en México, formada por cinco volúmenes cuyo objetivo era presentar la historia general de las bibliotecas en México desde la colonia hasta la creación del Departamento de Bibliotecas de la SEP en 1921, a partir de entonces se centraría en el desarrollo de las bi bibliotecas públicas de la SEP. A la fecha han aparecido los volúmenes que se ocupan de la colonia, del siglo XIX y de 1910 a 1940.


La otra serie es la Historia de las bibliotecas en los estados de la República Mexicana, cuya finalidad era narrar la historia de las bibliotecas en los 31 estados de México, iniciando con el desarrollo de las bibliotecas en general desde la época de la colonia y posteriormente ocuparse sólo de las públicas. Hasta ahora han sido publicadas las historias de 21 estados. Los lineamientos que se distribuyeron entre los posibles autores de las historias estatales contemplaban lo siguiente:
1. La finalidad de la investigación era la historia de las bibliotecas públicas en México. Así pues debían tener muy clara la conceptualización de biblioteca pública en México.
2. Para su desarrollo se solicitó seguir la cronología siguiente: Ä Época colonial Ä 1821 a 1910 Ä Período 1910 1940 Ä Período 1940 1964 Ä Período 1964 1983 correspondiente a los períodos histórico-políticos más significativos en México. De cada época debía contemplarse el contexto sociocultural que incidió en el desarrollo de las bibliotecas. 3. El contexto sociocultural debía tomar en cuenta los siguientes aspectos: Ä La composición de la población, su grado de alfabetización y su ocupación Ä El desarrollo económico del país Ä El entorno político del país Ä El ambiente cultural Ä Las instituciones educativas 4. La cuestión bibliotecaria debería abarcar los siguientes puntos: Ä La legislación y la organización administrativa que las apoyaba Ä Las políticas educativas y culturales a las cuales respondían Ä Las bibliotecas que se fundaron, su ubicación y edificios que ocuparon Ä Presupuesto con que contaron Ä Tipo de colecciones que tenían, su organización, personal, usuarios, servicios, etc. Ä Mencionar casos especiales de bibliotecas sobresalientes, personas, edificios. 5. Consignar las fuentes bibliográficas consultadas, los archivos y documentos revisados. 6. Incluir ilustraciones, mapas, cuadros, estadísticas, etc. A los investigadores de la serie general que debían ocuparse de una época específica se les solicitó tomar en cuenta los puntos 3 a 6.
La Dirección de Investigación organizó el proyecto de la siguiente manera: en el Distrito Federal se formó un equipo interdisciplinario de bibliotecarios e historiadores que trabajaron sobre los diferentes aspectos de las historias comprendidas en la serie de historia general de las bibliotecas, reuniéndose cada semana, trabajando en forma de seminario en el qu e todos participaban y aportaban sus ideas. Se mantuvo un constante contacto con las personas que se iban a dedicar a la historia de los estados y se procuró invitarlos a los seminarios del D.F.
Tal vez el momento más difícil al iniciar este apasionante proyecto fue responder a la pregunta ¿quién va a realizar estas historias? ¿el bibliotecario?, ¿el historiador? En ocasiones se pensó en combinar las dos especialidades, es decir que un bibliotecario y un historiador trabajarán juntos alguno de los temas, sin embargo esto no se dio. Para las historias estatales se pensó en los historiadores locales de más prestigio. Algunos de ellos fueron invitados y aceptaron, otros no. La serie de historia general quedó en manos de especialistas de la época.
El resultado es que la mayoría de las historias han sido hechas no por bibliotecarios, sino por historiadores. ¿Es que el bibliotecario no tiene capacidad de hacer una investigación histórica de su propia profesión? Creo que no es problema de capacidad, en muchos de los casos, sino de tiempo y de posesión de una cultura histórica sólida. Tiempo para adentrarse en la problemática histórica y todas las implicaciones de investigación que conlleva y posesión de esa cultura histórica necesaria que no le dan los estudios profesionales de bibliotecología sino que tiene que obtener por sí mismo.
De las 21 historias estatales y tres historias generales ya publicadas, 14 fueron hechas por historiadores, dos por un especialista en letras clásicas, tres por bibliotecarios con estudios formales de historia (Aguascalientes y Zacatecas escritas por Ramiro Lafuente y Jalisco por Helen Ladrón de Guevara) y las cinco restantes por bibliotecarios (Guerrero, Morelos, Chihuahua, Sonor a y Yucatán). Las historias estatales publicadas hasta ahora son:


• Aguascalientes,
• Baja California Sur,
• Campeche,
• Chiapas,
• Chihuahua,
• Guerrero,
• Hidalgo,
• Jalisco,
• México,
• Michoacán,
• Morelos,
• Nayarit,
• Oaxaca,
• Puebla,
• Querétaro,
• San Luis Potosí,
• Sonora,
• Tlaxcala,
• Veracruz,
• Yucatán y Zacatecas.
Los tres libros de la serie general son los siguientes:

• Historia de las bibliotecas novohispanas. Ignacio Osorio Romero, 1986, 282p. El autor estudia las bibliotecas de las órdenes religiosas y las particulares que surgieron en el México colonial así como las de la Real y Pontificia Universidad, de la Real Academia de San Carlos dedicada a las artes plásticas, la del Real Colegio de Minería y la Biblioteca Turriana primera biblioteca pública de la ciudad de México que floreciero n en el siglo XVIII y dice "Contra las opiniones que suelen caracterizar a la cultura novohispana del siglo XVI como eminentemente medieval, resalta el hecho de que las bibliotecas creadas en esta época respondan a la concepción de la moderna biblioteca renacentista...Las bibliotecas novohispanas estuvieron al servicio de una clase social oligárquica blanca compuesta por europeos y criollos. Con excepción de un breve tiempo, en los años inmediatos a la conquista, en que grupos selectos de la nobleza indígena tuvieron acceso a la cultura europea, el libro y las bibliotecas fueron otro de los privilegios de la población blanca durante el período colonial... Las bibliotecas, tanto las "comunes" de conventos y colegios como las pa rticulares, reunieron valiosas colecciones de impresos y manuscritos...Al acercarnos a la segunda mitad del siglo XVIII el contenido de las bibliotecas empezó a cambiar, especialmente el de las particulares. En sus acervos aparecen con más frecuencia libros escritos en francés, italiano y algunos en lengua inglesa... Esta grandes bibliotecas fueron el legado bibliografico que Nueva España entregó al México independiente; sus acervos al momento de la independencia perdían actualidad y reflejaban los intereses ideológicos de épocas pasadas: pero en conjunto constituyeron los testigos y, muchas veces, los agentes de costosas batallas científicas e ideológicas a través de las cuales los novohispanos se adu eñaron, primero, de la visión europea del mundo y, en segundo término, elaboraron su propio proyecto histórico".(4)

• Las bibliotecas mexicanas en el siglo XIX. Carmen Vázquez Mantecón, Alfonso Flamenco Ramírez, Carlos Herrera Bervera, 1987, 254 p. Los autores se ocupan en este libro de exponer y analizar las circunstancias políticas y culturales en que surgen y se desarrollan las bibliotecas en el México convulso del siglo XIX después de lograr la independencia, dedicando atención especial al establecimiento de la Biblioteca Nacional y de las bibliotecas públicas estatales. "De todo esto tratamos de da r cuenta en este trabajo ...En primer término, fueron rastreados los orígenes del proyecto de la Biblioteca Nacional desde el decenio de los veinte en aquel veleidoso siglo. Las historias que sobre este período se han hecho, descuidaron sin duda la revisión de documentos que aquí se incluyen y que modifican ciertamente la visión de aquellos reformistas . En seguida se presenta el panorama del libro, la biblioteca y el lector mexicano, frente a los intentos del Estado por crear una cultura pública...No solo porque el resultado final permite revisar la historia de la Biblioteca Nacional con otros ojos, sino por todo el panorama educativo y cultural que en torno al libro se han rescatado en estas páginas, creemos que con un grano más de arena hemos contribuido a esa historia nuestra de la civilización, que todavía está por escribirse." dice Carmen Mantecón.(5)

• Las bibliotecas públicas en México: 1910 1940. Guadalupe Quintana Pali, Cristina Gil Villegas, Guadalupe Tolosa Sánchez. 1988. 485 p. En esta obra los autores se ocupan de un período muy importante de la historia de México que se inicia en 1910 con la Revolución Mexicana que al consumarse trajo importantes cambios en la vida de las bibliotecas públicas mexicanas, y con el surgimiento de la Secretaría de Educación Pública en 1921 se da por vez primera un fascinante movimiento bib liotecario promovido por el primer Secretario de Educación, José Vasconcelos "en el cual las bibliotecas públicas fueron consideradas por vez primera como elemento fundamental del proceso de educación del pueblo y como instituciones culturales vivas, dinámicas, abiertas a todos....Más que hacer un simple relato de los principales acontecimientos que en torno a la vida de las bibliotecas se sucedieron en estos años, hemos querido recrear en este trabajo el ambiente social y cultural y en muchos de casos también el político en el que estas bibliotecas surgieron y se desarrollaron, y en el que pensaron y actuaron sus principales protagonistas. Creemos que sólo así puede comprenderse cabalmente el enorme esfuerzo por ellos realizado, la profunda significación de la obra bibliotecaria emprendida en aquellos años, una obra que aún hoy no dejamos de admirar y de la que se desprenden innumerables enseñanzas para nuestro presente y nuestro futuro culturales" señala Guadalupe Quintana.(6) No existe hasta ahora un estudio sobre las influencias que en las diferentes épocas recibieron las bibliotecas mexicanas para organizar sus colecciones y servicios, sin embargo puede decirse en general que en el período colonial las bibliotecas tenían presente las tendencias españolas, en el siglo XIX las francesas y ya en el siglo XX las de Estados Unidos. Este pod ría ser el tema de un estudio de biliotecología comparada muy interesante. En cuanto a estudios de personajes relacionados con las bibliotecas, solamente José Vasconcelos ha sido motivo de estudios realizados por Adolfo Rodríguez Gallardo y Linda Sametz. De esta última fue publicado el libro:

• Vasconcelos, el hombre del libro; la época de oro de las bibliotecas. Linda Sametz de Walerstein. 1991. 227 p. En su obra la autora se ocupa de José Vasconcelos uno de los políticos del siglo XX más inteligente, interesante y controvertido que ha tenido México y promotor del uso del libro y de las bibliotecas en los años veinte. Linda Sametz dice "cuando, por iniciativa suya, el presidente Obregón funda la Secretaría de Educación Pública y lo nombra primer secretario, se opera un cambio radical en el país. Vasconcelos dedica entonces toda su capacidad y energía a brindar oportunidades de educación al pueblo entero, en todo el territorio nacional, a difundir la cultura y promover el arte".(7) Durante su gestion se abrieron más de 2500 bibliotecas públicas en todo el país. No se olvida que hacer la historia de las bibliotecas en México no es tarea fácil, el investigador se enfrenta a casi un vacío de información primaria y secundaria. Debe realizar una investigación amplia, compleja y profunda en fuentes primarias como archivos y bibliotecas, en las oficinas públicas, en los archivos de las propias bibliotecas, no siempre bien organizado s. Esos documentos debe leerlos con sumo cuidado, analizarlos con esmero e interpretar y comprender los acontecimientos en su justa dimensión. Por otra parte, se enfrenta también a una carencia de fuentes secundarias eficientes que le faciliten su trabajo: bibliografías generales y especiales, índices de revistas, de documentos, etc.
Hasta ahora la única evaluación de la historiografía bibliotecaria latinoamericana fue hecha en 1971 por Nettie Lee Benson, reconocida historiadora americana especializada en historia latinoamericana. En ella, como ya se mencionó, Benson asentaba la carencia de verdaderas historias bibliotecarias en América Latina porque las pocas existentes eran de caracter parcial ocupándose de una sola institución. Al referirse a los historiadores del siglo XIX dice "en general, estaban demasiado ocupados con el pasado como para encarar la organización y preservación de materiales relativos a su propia época. No es esto cierto para todos los bibliotecarios, no solamente para los de América Latina?" y más adelante añade "La mayor parte de la historia que se escribe actualmente en América Latina se ocupa de la época colonial. ¿Por qué entonces debemos esperar encontrar buenas historias de las bibliotecas de América Latina que abarquen el último siglo y medio? ¿Es que no hay bibliotecas públicas universitarias o privadas en América Latina, dignas de s er consideradas dentro de la historia de las bibliotecas? Algunas, sin lugar a dudas. Pero hasta el presente, sus historias no han sido escritas." (8) Como puede verse, en veinte años México ha avanzado bastante en lo que se refiere a bibliotecas públicas, sin embargo, es mucho lo que falta por hacerse en bibliotecas universitarias, especializadas y particulares, por eso el subtítulo de esta ponencia: un tema olvidado.
Las bibliotecas universitarias mexicanas que ya han cumplido un número de años considerable proporcionando sus servicios, ofrecen necesariamente un campo muy rico para los estudios históricos que no ha sido explorado. Tal es el caso de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuyo sistema agrupa a cerca de 170 bibliotecas, en el que la Dirección General de Bibliotecas y su Biblioteca Central han jugado un papel decisivo para su desarrollo y cuya historia aún no se escribe. En la misma situación está la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México y muchas más. Lo anterior se puede aplicar también a las bibliotecas especializadas cuya trayectoria histórica también se desconoce. Aún la Biblioteca Nacional está en espera de su completa y objetiva visión histórica. En 1976 realicé una modesta investigación sobre las bibliotecas universitarias que hasta ahora no ha tenido seguidores.
Pronto será publicado el libro La Asociación Mexicana de Bibliotecarios, notas para su historia que trata de dar una visión del desarrollo de la más importante agrupación profesional de México. Procede preguntamos ¿por qué ocuparse de la historia de las bibliotecas en esta época en que el deslumbramiento por la tecnología, el dominio del materialismo, del utilitarismo, de la mercadotecnia, la procupación por el futuro absorben todo el tiempo de los bibliotecarios?
Se dice que los pueblos voltean al pasado en las épocas de crisis, que la sabiduría histórica se impone a las colectividades como un saber útil y necesario. Además existe una legitimidad intelectual de conocer la historia de una profesión. La biblioteconomía como cualquier otra profesion tiene necesidad de conocer sus orígenes, de entender y saber porqué y cómo actuaron las bibliotecas existentes y las de otros tiempos y el papel que tuvieron dentro de las comunidades en que se desarrollaron; cuál fue su contribución al crecimiento cultural de la sociedad a que sirvieron. Necesidad de tener conciencia de nuestra propia identidad como bibliotecarios.
Linda Sametz dice en su libro sobre Vasconcelos "Por otra parte, está el hecho de que, a pesar de haber transitado por las aulas del Colegio de Bibliotecología de la UNAM durante mis estudios de licenciatura, no recuerdo que me hayan sido mostradas las raíces y los inicios de esta profesión en México, sin embargo, considero que las futuras generaciones requier en de este conocimiento para acercarse más a su profesión, para identificarse más con ella".(9)
Las historias de las bibliotecas mexicanas publicadas en los últimos diez años aún no han sido evaluadas críticamente, pero sin duda alguna contituyen la mayor aportación que en historia de las bibliotecas se ha hecho en el mundo hispanoamericano en general y en el mexicano en particular. Hasta donde se sabe en ningún otro país de la región se cuenta con este número de historias publicadas en años recientes.

NOTAS
(1) Rosa María Femández de Zamora. Siglo XIX. Mesa redonda. Las bibliotecas en la vida de México. De Carranza a nuestros días. p. 46
(2) Nettie Lee Benson. La historia de las bibliotecas en América Latina. Una evaluación crítica de su bibliografía. Apuntes bibliotecológicos. No. 3 1971. p. 4
(3) Ramiro Lafuente. Un mundo poco visible: imprenta y bibliotecas en México durante el siglo XIX. p.1
(4) Ignacio Osorio Rorhero. Las bibliotecas novohispanas. p. 257 y 260
(5) Carmen Vázquez Mantecón. Las bibliotecas mexicanas en el siglo XIX. p. 11 y 14.
(6) Guadalupe Quintana Pali. Las bibliotecas públicas en México: 1910 1940. p. 16 y 1 g
(7) Linda Sametz de Walerstein. Vasconcelos, el hombre del libro. La época de oro de las bibliotecas. p. 1
(8) Benson. Op. cit. p. 9
(9) Sametz. Op. cit. p. 2

miércoles, 9 de febrero de 2011

VEN A UN JUZGADO A LITIGAR: VE DERECHO


JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA
JUICIO INTESTAMENTARIO
EXP; NO: 1134/2002

SEC. B

C. JUEZ SEGUNDO DE LO FAMILIAR DEL

DISTRITO FEDERAL

HONORABLE LIC.

SECRETARÍA B, SR. LIC.

PRESENTE.

MANUEL AUGUSTO WALTER LIVINGSTON DENEGRE VAUGHT ALCOCER, promoviendo por mi propio derecho y en calidad de peticionario en la sucesión ab-intestato a bienes del de cujus que al rubro se indica, personalidad que acredité fehacientemente con la documental publica, que se acompañó, para todos los fines legales conducentes; señalo como domicilio para oír y recibir toda clase de notificaciones la casa marcada con el número ciento veintisiete de la calle de Chicago, en la colonia Nápoles de esta ciudad y con el debido respeto comparezco y atentamente expongo:

Que en el escrito presentado en los términos que previenen los artículos números 799, 800, 801 y 802; y demás relativos del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal vigente, y el artículo número 1599 Fracción I el Código Civil para el Distrito Federal, para denunciar la sucesión intestamentaria a bienes del señor Jorge Denegre Vaught Peña, se señalan a las señoritas “pasantes en derecho Mariana Elena Denegre Vaught Galeana y Ma. Esther Hernández Olvera para oír y recibir toda clase de notificaciones”, así como al Lic. Rafael Quintana como representante legal. Por este ocurso los estoy objetando a todos y cada uno de ellos ya que considero que por ser una hija de mi hermano y la otra su secretaria particular, además de que el último es intimo amigo de mi hermano, atienden únicamente los intereses del mismo y ciertamente obstruyen y me niegan toda información sobre este asunto, al grado de que se opusieron a proporcionarme los datos esenciales referente al H. Juzgado en que quedó radicado, número del expediente y de secretaría. Así, solicito que se me tenga a mí para recibir y oír cualquier notificación y promover lo que a mi Derecho convenga en este juicio.Y en este acto, presento y ratifico al Lic. Jaime Abraham Gallegos Leiva para que se interponga por notificado de todos los autos, notificaciones de carácter personal y, asimismo, para promover loe que a mi Derecho convenga.Y en cuanto al Lic. Rafael Quintana con todo respeto, no lo admito como representante legal ya que a partir de su dizque nombramiento no ha tenido nada que ver—ni tendrá—con este juicio, no siendo más que un prestanombre de mi hermano el Lic. JORGE RAMIRO DENEGRE VAUGHT ALCOCER, que más que como coheredero, está ilegítimamente actuadndo como albacea.


Por otra parte, es una falsedad temeraria ostentar a ambas señoras como “pasantes de Derecho” ya que no pasan ni por la calle. Nunca han estudiado en facultad, colegio o escuela esa cerrera y el Derecho lo entienden al revés y muy chueco.

En seguida, ratifico en las partes que a continuación señalo lo expuesto en la anterior denuncia ab-intestato que tienen su fundamento en los siguientes hechos y consideraciones de derecho que ya fueron debidamente admitidas por su señoría.

En efecto es cierto que:

  1. El día veintinueve de septiembre de mil novecientos dieciséis, nació el Sr. Jorge Denegre Vaught Peña.
  2. El día diez de julio de mil novecientos treinta y cinco contrajeron matrimonio mis señores padres Jorge Denegre Vaught Peña y Julia Maria del Carmen Alcocer Méndez.
  3. Los señores Jorge Denegre Vaught Peña y Julia Maria del Carmen Alcocer Méndez, dentro de su matrimonio procrearon a tres hijos de nombres Manuel Augusto Walter Livingston Denegre Vaught Alcocer, Maria Elena Gladis Vaught Alcocer y Jorge Ramiro Denegre Vaught Alcocer, quienes nacieron los días veintinueve de julio de 1936, treinta y uno de marzo de 1938 y veinticinco de enero de 1939 respectivamente.
  4. El día diecinueve de agosto de mil novecientos setenta y cuatro, falleció en los Estados Unidos de Norteamérica en la ciudad de Houston, Texas, la Sra. Julia Maria del Carmen Alcocer Méndez cónyuge del autor de la presente sucesión de ab-intestato.
  5. El día veintisiete de febrero de mil novecientos noventa y ocho, falleció en la Ciudad de México, el Sr. Jorge Denegre- Vaught Peña, autor de la presente sucesión.

No obstante, manifiesto mi inconformidad, presento argumentos y ofrezco desde ahora acreditar debidamente en tiempo y forma los siguientes

HECHOS:

I.-Que ha transcurrido un tiempo excesivo para cumplir cabalmente con los procedimientos de este juicio intestamentario, ya que dentro de unos días se cumplirán trece años del fallecimiento de mi señor padre.

Y en este período no ha habido ni voluntad ni interés jurídico por parte del encargado de promover el juicio, C. Jorge Ramiro Denegre Vaught Alcocer, a quien el status quyo le favorece para cometer toda clase de actos contrarios a la ley y a la ética con respecto a los bienes intestados.

2.- A la fecha, Su Señoría, no se ha cumplido con lo ordenado en el Art. 1706 del Código en la materia: “I. El aseguramiento de los bienes de la herencia; ..III. La formación de inventarios;” y, menos aún, con IV. “La administración de los bienes y la rendición de las cuentas del albaceazgo.”

En el caso, la albacea ha tenido graves problemas personales y, además, por el hecho de que no radica en el Distrito Federal, no ha prestado atención, tampoco, al estado en que se encuentra el presente juicio. Así que a la fecha , no hay inventario, ni se ha propuesto al juez la distribución provisional de los productos de los bienes hereditarios, señalando la parte de ellos que cada bimestre deberá entregarse a los herederos o legatarios.

Su Señoría:

Le ruego en el punto petitorio que al respecto hago al final de este ocurso que cumpliendo con el artículo del Código Civil para el Distrito Federal previamente citado en el apartado anterior, Usted C. Juez, observando el procedimiento fijado por el Código de la materia, modifique la proposición que tendrá que hacer, según corresponda la albacea nombrada, mi hermana, la Sra. María Elena Gladis Vaught Alcocer. Pues, de acuerdo al artículo multicitado,

“El albacea que no presente la proposición de que se trata o que durante dos bimestres consecutivos, sin justa causa, no cubra a los herederos o legatarios lo que les corresponda, será separado del cargo a solicitud de cualquiera de los interesados.” Lo que en este acto, hago tal como autoriza el Artículo 1707 del código en la materia.


3.- En tal sentido, sin duda hemos sido engañados y el Lic. Jorge Ramiro Denegre Vaught Alcocer, quien se ofreció como gestor para llevar a cabo los actos propíos de los procedimientos vinculados con el presente juicio de sucesión intestamentaria a bienes del finado JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA, mi padre, en realidad, de facto, ha actuado como albacea sin haber sido nombrado para tal efecto. Así, ha metido bajo llave la mayor y principal masa hereditaria constituida por bienes inmuebles. Y ha incurrido en las faltas graves ya citadas entre ellas la venta de bienes inmuebles como consigno abajo, en estge ocurso.

4.- Esto ha ocurrido así porque el tortuguismo y maniobras dilatorias que se reflejan en las innumerables veces que el expediente ha sido enviado al Archivo Judicial por falta de interés jurídico se ha debido a que a mi hermano no le interesa en verdad hacer promoción alguna, en virtud de que ha estado disponiendo arbitraria, ilegal y abusivamente de la masa hereditaria, de manera subrepticia, tal como actúan los amantes de lo ajeno.

5.- Que para los fines de acreditar el supuesto jurídico al que se refiere el artículo 801 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, el testimonio de la C. María Esther Hernández Olvera a quien objeto en el párrafo introductorio de este ocurso, ciertamente resulta tan válido como el de innumerables otras muy honorable personas que podemos ofrecer pues, para que, por medio de este elemento probatorio, LOS HEREDEROS AB-INTESTATO QUE SEAN DESCENDIENTES DEL FINADO, OBTENGAN LA DECLARACION DE SU DERECHO, JUSTIFICANDO CON LOS CORRESPONDIENTES DOCUMENTOS O CON LA PRUEBA QUE SEA LEGALMENTE POSIBLE, SU PARENTESCO CON EL MISMO Y CON INFORMACION TESTIMONIAL QUE ACREDITE QUE ELLOS SON HEREDEROS bastaría con el certificado de nacimiento que hemos presentado y con las declaraciones vertidas por quienes conocieron cabalmente a la familia original. Así, sería de todo punto imposible negar que yo, junto con mis hermanos, tengo derecho a ser peticionario en la sucesión ab-intestato a bienes del de cujus que al rubro se indica. Es por ello que en tal declaración la señorita Hernández Olvera en nada me perjudicó pero lo haría gravemente si tuviese que declarar sobre lo que aquí a continuación expongo, pues sus declaraciones serían parciales, favoreciendo en todo a mi hermano.

Tales testimonios, pues, de las personas objetadas no podrían perjudicarme tanto como en otras situaciones, concernientes a que hace mucho tiempo se me previno de que habría de presentar mi hermano el convenio que obra en este expediente, sin mi aprobación.

6.- Con el ofrecimiento de ese contrato que adolece de serios defectos que lo invalidan, sin mi previo consentimiento, estoy totalmente en desacuerdo porque debería de contener un agregado o addenda en que se deben modificar dos importantes apartados:

a) Uno, el que determina el modo en que se repartirá el monto de lo que se llegare a percibir por el depósito del acervo bibliográfico en una institución cultural de la nación.

b) Otro, en relación a los lugares donde se encuentran actualmente ubicados los libros que fueron propiedad de mi padre. Se omitió un predio. De manera que no son todos los que están en el escrito impugnado. Este predio está ubicado en la calle Xochicalco, marcado con el número setecientos cincuenta y dos, esquina con Miguel Laurent, en la colonia Letrán Valle, y fue adquirido por nuestro padre para depositar allí importantes acervos de libros que fueron colocados en las estanterías de la Biblioteca, y a los cuales mi hermano ha agregado aún más importantes volúmenes entre ellos los de la colección de Yucatán y de Campeche, de Tabasco y de Quintana Roo, de Veracruz y de casi todos los estados de la Republica, además de importantes documentos, como son las primeras ediciones de las Constituciones de la República Mexicana y de todos los estados de la Federación.

7.- Y es el caso que me he enterado que sin mi autorización ni conocimiento, así como tampoco con el de mi hermana María Elena Gladys Vaught Alcocer, Jorge Ramiro Denegre Vaught Alcocer vendió al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO un lote de documentos, folletos y libros del siglo XIX y XX que dicho el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM recientemente expuso en su vestíbulo como “LA COLECCIÓN JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA”, consistente en obras de derecho constitucional. Al respecto nunca notificó a los coherederos por medio de notario, judicialmente o por medio de dos testigos, las bases o condiciones en que se ha concertado la venta, contraviniendo el artículo ya citado de este Código Civil para el Distrito Federal.

Ahora bien, para el acto de inauguración con vino de honor y toda la pompa y circunstancias propias de un acto principal, jamás se me invitó dando lugar a graves lesiones a mi reputación y honor ya que pareciera que no soy hijo del finado, que no merezco participar en un evento de esta envergadura o que no soy digno, ni como universitario, catedrático, historiador, autor de un Tratado de Derecho Familiar y, en esencia, se discrimina al primogénito y, lo que es peor, esta venta subrepticia hecha a mis espaldas me causa asimismo daños y perjuicios pues no se me da la parte alícuota correspondiente, consistente en el 50% del valor de esta operación ilegítima. Esto, por medio de este ocurso, lo estoy solicitando para que de inmediato lo entregue, depositando la suma correspondiente en este H. Juzgado.

En relación al HECHO y antecedente 6a):

8.- Desde este momento declaro que firmé dicho convenio bajo la creencia o el engaño de quien lo elaboró, mi hermano, Jorge Ramiro, continuaría cubriendo los gastos de la administración de la casa ubicada en el número ciento veintisiete de la calle de Chicago, donde me encuentro trabajando en la elaboración de las Bibliografías de Campeche, Yucatán y de Literatura Mexicana, así como con las correspondientes erogaciones para el mantenimiento de la casa principal, y es el caso que a partir de la firma del convenio tengo que hacerme cargo no sólo del mantenimiento del predio y demás gastos administrativos sino que he tenido que sufraga el pago de los recibos de teléfono de esa casa principal, ubicada en el número veinticuatro de la calle de Oklahoma, predios a los que se refiere el mencionado convenio.

En cuanto al HECHO Y ANTECEDENTE 6 b):

9.- Debe especificarse, en el agregado a dicho convenio, que los libros que se hallan en el omitido predio son, igualmente, propiedad en partes alícuotas de los herederos y que deben estar a su disposición para los fines aludidos en dicho acuerdo. Así prometió mi hermano, Jorge Ramiro, que se haría, pero es el caso que resultan dichos libros inaccesibles para mí, llegándose al extremo de que se me prohíba el paso al interior de inmueble. En otros términos, se me niegan de facto los libros que están allí y que fueron propiedad del cujus, impidiéndoseme que concluya una bibliografía de Campeche y Yucatán que estoy elaborando para el Gobierno del estado de Campeche y que será publicada adoleciendo de esta grave anomalía.

Mientras no se declare, con claridad meridiana, que el predio omitido fue adquirido para que mi padre depositara allí numerosas colecciones de libros que los herederos tenemos derecho a disfrutar y no para que quedaran encerrados bajo siete llaves para uso exclusivo de mi hermano, el convenio en cuestión no puede ser admitido como la expresión libre de la voluntad de los herederos sino que debe considerarse un contrato viciado, amañado, violentador de las garantías individuales de quien suscribe y de la señora María Elena Gladis Vaught Alcocer, mi hermana.

10.- En este último HECHO, relacionado con el 8 anterior, debo manifestar que como académico tiempo completo de la UNIDAD XOCHIMILCO de la UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA con la categoría C, profesor titular del área semiológica de la carrera de Comunicación Social he rendido un informe sobre mi trabajo de investigación “Guillermo Prieto”, que escribí como prólogo a la obra publicada por mi padre, el Lic. JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA y que he solicitado su publicación para insertarla como tal, en pliego adjunto a la obra ya impresa, en número de mil ejemplares y que mi institución y alma mater está dispuesta a imprimir mi proemio y encuadernar la obra con una carátula igual a la de las otras obras publicadas por dicha EDITORIAL ACADEMIA LITERARIA.

Y es el caso que, aunque mi hijo Julian bajó dichos ejemplares, en pliegos separados de la estantería de nuestra biblioteca ubicada en la Calle de Xochicalco N° 852, por vedarme la entrada a este preio como al de las calles de Oklahoma N° 24, en la Col. Nápoles, me es imposible contar con los ejemplares de la obra titulada Viajes de Orden Suprema por Guillermo Prieto, para su debida publicación por la UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA. Esta obra debía publicarse de inmnediato e impedirlo no sólo es una obstgrucción criminal en contra de la cultura nacional sino una pérdida cuantiosa pues el dinero invertido por nuestro padre para su edición está tirado en el suelo por la caprichosa y muy ilegal actitud de mi hermano JORGE RAMIRO DENEGRE VAUGHT ALCOCER

.

Por todo lo expuesto, debidamente motivado y fundado pido respetuosamente a usted

C. JUEZ SEGUNDO DE LO FAMILIAR DEL

DISTRITO FEDERAL,

HONORABLE LIC. ,

Se sirva:

PRIMERO: tenerme por presentado con la personalidad con la que me ostento, presentando este escrito aclaratorio al de la denuncia, ante su Señoría, de la sucesión intestamentaria a bienes del Sr. Jorge Denegre Vuaght Peña, para todos los fines legales conducentes.

SEGUNDO: por este ocurso, se considere que objeto a todos y cada uno de los testigos ofrecidos en cuanto se refiera a cualquier actuación judicial posterior a la presente audiencia y se admita su testimonio para que se cumpla únicamente con los fines del artículo 801 del código adjetivo en la materia.



TERCERO: tenerme a mí para recibir y oír cualquier notificación y promover lo que a mi Derecho convenga en este juicio, sin admitir las posibles actuaciones antes ese H. Juzgado del abogado patrono nombrado por mi hermano, sin mi conocimiento, Lic. Rafael Quintana.Y en ese sentido ya he señalado al Lic. Jaime Abraham Gallegos Leiva como

CUARTO: se me tenga objetando el convenio que, sin mi previa autorización, fue presentado en este H. Juzgado y obra en este expediente y no se considere válido hasta que hayamos realizado los herederos las sendas modificaciones a las que me refiero en el corpus de este ocurso pues, entretanto, debe considerarse viciado, alterando gravemente la voluntad del signatario engañado.

QUINTO: y que para acreditar plenamente los hechos, motivo de mi oposición, me permito ofrecer, desde ahora, los medios probatorios ad hoc, visitas de inspección ocular, testimoniales y documentales de los siguientes ciudadanos: Lic. Miguel Rafful Miguel, Lic. Alfonso Ramírez, Dr. y General de División Francisco Vargas Arreola, Sr. Germán Bolland, Sr. Alberto Poletti, Lic. Guillermo Tovar y de Teresa y aún otros, las cuales presentaré en su debido tiempo y forma.

SEXTO: que cumpliendo con el artículo del Código Civil para el Distrito Federal previamente citado en el apartado anterior, Usted C. Juez, observando el procedimiento fijado por el Código de la materia, modifique la proposición que tendrá que hacer, según corresponda la albacea nombrada, mi hermana, la Sra. María Elena Gladis Vaught Alcocer. Pues, de acuerdo al artículo multicitado,

“El albacea que no presente la proposición de que se trata o que durante dos bimestres consecutivos, sin justa causa, no cubra a los herederos o legatarios lo que les corresponda, será separado del cargo a solicitud de cualquiera de los interesados.” Lo que en este acto, hago tal como autoriza el Artículo 1707 del código en la materia.

SÉPTIMO: Que es mi propuesta que que se repartirá el monto de lo que se llegare a percibir por el depósito del acervo bibliográfico en una institución cultural de la nación por PARTES IGUALES entre JORGE RAMIRO y el firmante de este ocurso, ya que nuestra hermana ha admitido recibir sólo el 10% de esa suma, por convenir así a sus intereses.

OCTAVO: Que con el fin de realizar debida y prontamente el inventario, y se proponga al C. Juez la distribución provisional de los productos de los bienes hereditarios, señalando la parte de ellos que cada bimestre deberá entregarse a los herederos o legatarios, se tome en consideración el predio ubicado en Xochicalco N° 852, casa comprada por nuestro padre para poner allí importantes lotes de libros como refiero en el corpus del presente ocurso. Esta medida es de carácter urgente, para evitar el fraude que se está cometiendo de vender gran parte de la masa hereditaria sin el conocimiento de los coherederos:

En las estanterías de la Biblioteca están ñibros sobre Derecho Constitucional Mexicano y muchos otros temas y libros, a los cuales mi hermano ha agregado aún más importantes volúmenes entre ellos los de la colección de Yucatán y de Campeche, de Tabasco y de Quintana Roo, de Veracruz y de casi todos los estados de la Republica, además de importantes documentos, como son las primeras ediciones de las Constituciones de la República Mexicana y de todos los estados de la Federación.

Amparado en que por razones de seguridad para la protección de su colección de libros raros y antiguos, en caso de su fallecimiento, la viuda no fuera a reclamar la propiedad del predio, nuestro padre, JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA puso la cas a nombre de mi hermano, condicionándolo tan sólo a que costeara las escrituras, por lo cual de manera fraudulenta ha llevado libros, folletos y documentos que estaban en la Biblioteca de Oklahoma y de Chicago (en las direcciones ya mencionadas en el punto introductorio del presente ocurso) pero que indubitablemente pertenecen a la masa hereditaria.

NOVENO: Que acreditaré que el C. Jorge Ramiro Denegre Vaught Alcocer vendió al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO un lote de documentos, folletos y libros del siglo XIX y XX y que dicho el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM recientemente expuso en su vestíbulo como “LA COLECCIÓN JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA”, y que tal operación fue hecha a espaldas de los coherederos, habiéndose señalado en el convenio que el que suscribe debería recibir la mitad del valor de la compra, por este medio solicito a Su Señoría se prevenga a dicho coheredero para que deposite de inmediato la cantidad alícuota correspondiente, a mi nombre.

DÉCIMO: Que en relación con el HECHO 10, porque he rendido un informe sobre mi trabajo de investigación “Guillermo Prieto”, que escribí como prólogo a la obra publicada por mi padre, el Lic. JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA y que he solicitado su publicación para insertarla como tal, en pliego adjunto a la obra ya impresa, en número de mil ejemplares y que mi institución y alma mater está dispuesta a imprimir mi proemio y encuadernar la obra con una carátula igual a la de las otras obras publicadas por dicha EDITORIAL ACADEMIA LITERARIA.

Y es el caso que, aunque mi hijo Julian bajó dichos ejemplares, en pliegos separados de la estantería de nuestra biblioteca ubicada en la Calle de Xochicalco N° 852, por vedarme la entrada a este predio como al de las calles de Oklahoma N° 24, en la Col. Nápoles, me es imposible contar con los ejemplares de la obra titulada Viajes de Orden Suprema por Guillermol Prieto.

Por tal, solicito respetuosamente a Su Señoría prevenga al coheredero JORGE RAMIRO DENEGRE VAUGHT ALCOCER para que se me entregue las llaves de los predios que ocupa indebidamente como su coto personal, segregado de la masa hereditaria, para recuperar los libros que deben publicarse de inmediato.

ONCEAVO: Que en virtud de que he trabajado toda mi vida para el proyecto histórico y cultural de nuestro padre JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA, EDITORIAL ACADEMIA LITERARIA Y A SABIENDAS DE ELLO—PUES HAY TRES TRABAJOS IMPORTANTES QUE SE HALLAN en las Crónicas de Michoacán y asimismo se publicó mi libro ETERNA ANTORCHA DE ARLINGTON, -- acordamos en convenio verbal que continuaré dirigiendo y publicando obras importantes, como la de Guillermo Prieto y la Historia de Anselmo de la Portilla, por todo lo cual debe entregárseme la mitad de los libros que están en nuestra bodegas así com las obras ya editadas del último historiador, publicado por Editorial Academia Literaria, don Anselmo de la Portilla,[1] y como pongo en el punto petitorio anterior, Viajes de Orden Suprema, de Guillermo Prieto.

PROTESTO LO NECESARIO.




[1] Aunque nacido en España, este poeta, periodista, historiador, editor, llegó a México en 1840. Se dedicó a las letras. En 1844 publicó sus primeros poemas. Fundó las revistas El Español y El Eco de España, para fomentar la amistad entre España y México. Colaboró en el Diccionario universal de historia y geografía (1853-1856). Fundador, redactor y colaborador en El Católico, El Despertador Literario, El Espectador de México, entre otros periódicos y revistas, en los que publicó novelas, críticas, biografías, artículos bibliográficos, leyendas, síntesis biográficas.
En 1858, dirigió El Diario de la Marina.A raíz de la intervención extranjera. Durante su estancia en el puerto de Veracruz, publicó El Eco de Europa, en cuyas columnas, siempre fiel a su idea de promover la amistad entre México y España, abogó por que las tropas españolas no participaran en la Intervención. Creía Anselmo de la Portilla que si Prim disparaba un cañonazo en Veracruz, si disparaba un fusil, si derramaba una gota, una sola gota de sangre mexicana, acababa para siempre el prestigio del nombre español, no sólo en México sino en toda la América. Estableció una de las más famosas publicaciones que han existido en México, La Iberia (1867-1876), en cuyo folletín aparecieron, entre otros títulos, La navidad en las montañas (1871), de Ignacio Manuel Altamirano y las Instrucciones que los virreyes de la Nueva España dejaron a sus sucesores (1873). “El señor Portilla -escribió Pedro Santacilia- es uno de los literatos españoles que mejor manejan y con más elegancia el habla de su nación, y sus obras pueden competir por el estilo con las más afamadas que se publican en la orilla misma del Manzanares. Como periodista, ninguno hay entre nosotros, que le saque ventaja”, agrega. Publicó: Historia de la revolución de Méjico contra la dictadura de Santa Anna (1853-1855) (1856); Méjico en 1856 y 1857. Gobierno del general Comonfort (1858);,
ENTRE OTRAS OBRAS. Extracto de un artículo de Andrés Henestrosa